No me divertía tan sanamente con un libro desde hacía mucho tiempo. Lo cogí en la biblioteca, de pura casualidad, porque al elegir se suele condicionar un libro y su opinión. Pero es éste un libro muy pequeño, si, pero es muy grande, porque te devuelve la sonrisa de cuando eras niño. Sonrisas tiernas, sin ningún atisbo de maldad. A lo largo de sus páginas, escritas, como indica el título a modo de diario, un niño de posguerra nos ofrece su particular e irónica mirada de la época. Es un libro muy, muy ameno y sanamente divertido como pocos. Y a mi me ha hecho reir muchas veces. Y me hace mucha falta. Asi que si tu, amable lector,que sé que existes, hazte con un ejemplar de este libro, porque te devolverá la niñez, nuestra única patria. Palabra de Kebran.
Editado en TEMAS DE HOY.
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