La lenta letra discurre.
Tinta se desvanece, azul.
Sumidero-tragatiempo.
Horas negras."
Dormir. Es todo lo que hago ahora. Y rascarme las pelotas. Para mi desgracia. Estoy recuperando todo el sueño perdido, no los sueños, que esos ya ni llegan, ni se les espera. Salvo leer, hábito que no me cansa. Pasear al perrito. Dormir. Paseos con mi chica. Dormir. Antítesis de vivir. Desespero. Ni sale trabajo, ni lo espero, ni lo busco apenas. Más de cien curriculos entregados en mano. Infinidad de ellos por otros medios. Sólo dos llamadas, improductivas totalmente interesandose. Y el tiempo pasa. Y la desesperación crece. Dádivas a quién pueda contratar jóvenes y mayores de 45 tacos. Y en mi espectro de edad, nada de nada. Se nos condena a ser precisamente eso, espectros. No escribo más. No quiero herirme.
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