jueves, mayo 01, 2008

PARABOLA DEL SEMBRADOR


DAVID SE LEVANTÓ, COGIÓ LA BIBLIA DE LA CASA DE LU Y LA ABRIÓ AL AZAR Y LE SALIÓ LO SIGUIENTE, QUE FUE LO QUE MALAMENTE LEÍ( MI PUTA DICCIÓN ME CONDENA, PARECE QUE HABLO CON MIL PIPAS EN LA BOCA, NUNCA CON POLLAS, PUES NO ME GUSTAN QUE QUEDE CLARO, AVIESOS)
BUENO DESPUES DEL AVISO PARA NAUFRAGANTES PROSIGO PUES ESTO FUE LO QUE LEÍ PARA INTRODUCIR AL LIBRO DE MARTINEZ I FERRER EN ESA EMBOSCADA QUE ME METIERON NADA MÁS LLEGAR. SI.ESTO ES UN TEXTO DE LA BIBLIA, ES LA PRIMERA VEZ QUE APARECE ESE LIBRO POR AQUI, NO SÉ SI SERÁ LA ÚLTIMA PERO CREA PRECEDENTES. SIN MÁS LA PUTA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR:

Parábola del sembrador
Marcos 4, 1-20

Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les
Parábola del sembrador
Marcos 4, 1-20

Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción: «Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento». Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga». Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. El les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone». Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la Palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la Palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la Palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la Palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumben en seguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la Palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la Palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento».




PUES OS IMAGINAÍS QUE ESTOY LEYENDO ESTO, COMO UN CURA, LA OSTIA PUTA DE PRESENTACIÓN, EN LA PUTA VIDA LA OLVIDO.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muchas veces la Palabra de Dios parece que no da frutos en nosotr@s porque podemos estar viviendo momentos de oír pero de no escuchar realmente esa voz interior que nos dice que es lo que debemos realizar en nuestras vidas que nos lleve a forjarnos mejor como personas. Y es por eso que la semilla (la Palabra de Dios) nos entra por un oído y nos sale por el otro. Vivimos buscando la felicidad en cosas que nos llenan el corazón solo un momento pero que luego ahogan como las espinas nuestra libertad...la Palabra de Dios sigue ahí esperando que nos dispongamos para acogerla como una buena tierra y sucede que después de tanto buscar, dejamos que finalmente esa semilla de fruto siendo mejores personas, más libres y comprometidas. La Palabra de Dios es para tod@s. Para quien quiera escucharla y para quien no quiera.