domingo, agosto 24, 2008

SEÑOR LAGRIMITAS


Ese era yo, anoche, muy tarde, de regreso a casa, donde he continuado llorando y dando vueltas a la cama, y a la cabeza durante algunas horas más. Un breve sueño y al alba despertamos. Me encuentro totalmente blandito. Se agradecen, si los hubiere, comentarios de ánimo. Pero no estoy mal, al contrario. Estoy blandito. El Señor Lagrimitas ayer derramó de lo lindo, pero como también es orgulloso se tragaba las lágrimas para que la gente no lo viese. Al Señor Lagrimitas ayer le tocaron muchísimo la fibra. Y eso duele. Sangramos lágrimas cuando nos lo hacen. Seducciones y una belleza impresionante. Y nuevamente lágrimas. Para limpiarme por dentro. Anoche me dieron una lección de VIDA.

5 comentarios:

Javier Das dijo...

Mucho ánimo Kebran.
Si hace falta llorar se llora.
Lo importante es sacarlo de dentro.

Un abrazo muy fuete.

Unknown dijo...

Venga, Kebra, joder, anímate y déjate de tanto lloro y tantas hostias. Echa una mirada a tu alrededor, a esta puta sociedad, y verás que nosotros no tenemos motivos para llorar. Pero sí los tenemos para luchar.
Tu hermano, David González, que ya sabe lo que rte va a regalar la próxima vez: un puto pañuelo.

DEBORAH VUKUSIC dijo...

k, ya está bien de dar penita! o te haces fuerte o te hacemos nosotros... esto ya es chantaje emocional para que te dejemos notitas. alegra esa cara, hombre... o te pongo en órbita a base de hostias!

Baco dijo...

Ánimo, amigo.
No viene mal de vez en cuando soltar lastre, sea de la manera que sea.

somos
seres
imperfectos,
somos
sensibilidad,
somos
humanos.

Recibido el CREATURA 31: Faszinante.

Adolfo González dijo...

Kebran, grandullón, yo también llevo un par de días triste.

Pero hay que violentarse a sí mismo para soñar lo que se quiere, como dice Nicanor Parra.

Y cuando digo soñar me refiero a visualizar, a proyectar, a luchar desandando los desánimos.

Los que andamos con la soledad a cuestas conocemos tu tristeza, porque la hemos vivido.

Es un tema importante no creerse el ombligo del mundo, relativizar nuestras desgracias.

Y ya que David te regalará un pañuelo y Vuk te dará unas hostias, yo te regalaré un abanico para que te des aire.