martes, abril 27, 2010

Y NO PUDIMOS DESTRUIR A LA POESÍA

 ¡Vaya chasco me llevé!. Yo pensaba destruir la poesía la noche del 24 de Abril, pues es de todos conocida su inutilidad. Pero el Casino se llenó. Y yo estaba tenso al decubrir que todo iba sobre ruedas, que no fallaba nadie, nada, que nos trataron como a estrellas, y que una estrella(porque lo es) toda humildad se chupó kilometros de autobús desde Pamplona a Esquivias para poder recitar junto a nosotros, y eso es inolvidable. Y este es grande porque es humilde. Vino un loco, loquisimo, desde Valencia, que ,pese a roces y dimes y diretes, se que lo que hace es honesto. Vino desde Cordoba mi Jefa. La primera vez que leía. Y lo bien que lo hizo. Y mi hermano DAVID GONZÁLEZ, que es mi hermano y lo será siempre y lo quiero y lo quiero y lo querré. Se hospedó en mi humildísima casita, no de papel, sino de adobe.Y soportó los ronquidos de la Cuca. Y vinieron mas amigos, mas hermanos. Y concedimos la oportunidad de poder leer ante su pueblo a ANTONIO TORREJON. Y MARÍA y JAVI nos tocaron la guitarra y el corazón. Y todo iba saliendo bien. Y yo queria destruir la Poesía. Y vino gente de fuera. Gente que nunca había venido a esta clase de eventos. Y gente que alucinaba con los poetas. Y gente que luego nos felicitaba. Y yo, tan tenso. Como siempre. Escudero feliz de defender su causa. GRACIAS A TODOS, A TODOS Y A TODOS. A quienes vinieron a leernos, a escucharnos, a quienes nos atendieron, nos dieron esa cena, nos quisieron tanto. Esta destrucción va a ser insuperable.

4 comentarios:

Unknown dijo...

El próximo recital, Kebran, será en Córdoba... ;)

Besitos,

ANA PATRI

Begoña Leonardo dijo...

Quiero felicitarte por el efervescente mundo que organizaste y que llega hasta mí y a todos los que se sientan implicados en ese destruir la poesía, para resucitarla. Disfruto de las crónicas, gracias.

Ángel Muñoz dijo...

eres increíble amigo, y tú ya sabes, a lo tuyo.

Anónimo dijo...

La noche fue increible, y tu, eres increible y entrañable, me encantó estar y disfrutar allí.

Un gran abrazo