Leímos este libro por ciberrecomendación de un amigo. Aunque, a decir verdad, me costó decidirme, pues otro amigo me advirtió de que no era oro todo lo que relucía. Bien, vamos al tema. Me ha parecido un buen libro. Libro liviano, de leerte en dos tardes para darle un aire, porque si te pones en serio, te lo meriendas en un momento. Narra una historia del Estrecho. Una condena de un condenado. Me gustaron mucho, sobre todo, la estructura ágil que presenta la novela. Y esos personajes tan bien caracterizados, que te los vas imaginando mientras vas leyendo. Y esa jerga que es bien conocida por el autor, según parece. Es un libro corto, y es de aquellos que parece que has leido muchas veces, pero no es así. El Roque, personaje central de la novela, podríamos ser todos nosotros ante cualquiera de las adversidades de la vida. Si te vas a morir, hazlo a lo grande. Es un texto, a la par que ingenioso, muy divertido, y no sé si inspirado por otros textos de autores a quién este hombre admira. O eso me ha parecido a mi cuando he leido el libro. El libro es entretenido, con ritmo frenético, ágil de lectura, tragicómico como lo es la vida. Con una gran sorpresa final.
Me quedo con una frase del libro, que abusa un poco, a mi débil entender de las onomatopeyas, por ponerle algún pero.
La frase con la que me quedo es la siguiente:
" Sólo se muere pa una vez, pero es pa tanto tiempo que, a la verdá, es que no dan ganas."
Buen libro. Para pasarselo muy bien al leerlo.
Palabra de Kebran
Publicado en EL TALLER DE MARIO MUCHNIK
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