LO QUE ESCRIBE DE UNO (TRES)

Emocionante post el que me dedico BATANIA hace unos días. Este insecto soltó alguna lagrimilla con él. De veras que tanto no merezco. En cambio BATANIA si que merece. ES TODO UN CRACK Y CREEDME LLEVA LA POESÍA EN LA SANGRE, AUNQUE AHORA ESTAMOS ESPERANDO A ESOS RELATOS QUE TIENE QUE ESCRIBIR.

Las recomendaciones veraniegas del KEBRAN

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Amo los blogs macedonia que mestizan lo público y lo privado, los que un día me hablan de Ajmátova y al otro de su primo Alfonso, los que una tarde publican un poema y al otro escriben no aguanto a mi hermana, es una creída, le haría tragarse el frasco de colonia. Forman parte de mi pequeño cofre de tesoros la entrada donde Leonor Silvestri se encuentra un perro abandonado, la de Vukušić arrancando la nota vecinal que insta a capturar al grillo cuyos cantos alteran el silencio nocturno, la de David González hablando de su madre o de sus anillos de plata perdidos en alta mar, las de Elizabeth Sobarzo encima de la báscula, la de José Naveiras lamentando el robo de su cámara Casimira, la de los sujetadores mojados de u minúscula o la de Giovanni Collazos a punto de pegarse con un militar al grito de “¿Usted es militar? ¡Pues yo soy poeta!”.
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Quizá el Kebran sea, de toda esta fauna de cercanías, uno de los poenautas más entrañables. El Kebran publica un día los resultados del Atlético de Madrid y el Illescas, sus equipos favoritos, y al día siguiente recomienda un libro de Leopoldo María Panero; nos habla del mobbing que sufre en su trabajo o de la compra de un nuevo móvil, y después de lo último de Raúl Núñez o los cuentos de Medardo Fraile. Del Kebran lo sabemos todo, hasta el tamaño de su miembro (no es broma: ha salido desnudo en el Creatura Bizarro).

En las últimas fechas el Kebran está recomendando los libros que se lee, y para ello, como se ve en las imágenes, publica cada obra con su cara, dando así un nuevo ejemplo de naturalidad y desenfado. En nadie como en él veo esa hibridación de vida y literatura, y leyéndole lamento el día en que entendimos que la literatura era algo mucho más importante, tanto que se debía hablar de ella subido encima de un escalón.